Por:
@ratacoladera
Sin duda los politiqueros han sido los mismos
desde que se fundó el pri, así lo vislumbro Jorge Ibargüengoitia, y los plasmo
en algunos de sus personajes, hoy me toca comentar sobre uno de ellos Manuel
Belauzarán, cínico, inculto e indiferente presidente de Arepa país tropical,
dividido políticamente entre moderados y progresistas los primeros son
oposición y aunque tiene 3 de los 11 escaños en el recinto supremo de la “democracia”
Arepana, son la oposición que sirve de carne
de cañón al “presidente” que al mirar algún atisbo de democracia, ordena el asesinato
de su opositor único y más fuerte, para después ordenar la investigación, caiga
quien caiga.
Por una mala pasada del destino, los 3
diputados opositores, cometen el error de estar en el momento y el lugar
inadecuado, por lo que son pasados por las armas por traidores, facilitando al
gobernante, a la postre domesticar a la oposición, dándoles certeza de que sus
bienes estarán a salvo mientras lo apoyen creando la presidencia vitalicia, no
contaré el final, claro, en una novela con el clásico humor de Ibargüengoitia,
no puede ser mera coincidencia con los tiempos actuales, donde el actual
Belauzarán encarnado en el excelentísimo Enrique Peña Nieto y su corte de
Progresistas, se reparten el pastel de este México tan falto de Pereiras y tan
lleno de Cussirats, donde se les permite de todo vendiendo al país, enriqueciéndose
haciendo negocios desde sus puestos públicos, y sobre todo preparando el camino
como lo hizo en la novela el viejo Manuel Belauzarán, para crear una
presidencia vitalicia, donde solo él , Peña nieto, sea dueños de almas y
conciencias, gobernando para los intereses ajenos, con gran cinismo,
indiferencia y mano firme como el protagonista de la novela de Ibargüengoitia,
y también con buena suerte en algunos momentos, pero sobre todo con un país
dormido en sus laureles, temeroso de lo que puede lograr, aletargado el México
Bronco que escuche en algún momento, cuando surgirá el Pereira y no como
persona más bien como el símbolo que pienso Ibargüengoitia deja ver en la
novela, el hartazgo, la molestia, de las clases mayoritariamente pobres y
medias, que en un verdadero acto de patriotas, acabe con la semiesclavitud de
un sistema que parece que se había ido para siempre, pero regresó en 2010, más cínico
, mas represor, y con ganas de no irse nunca.
Que perdure es cuestión de todos, cambiar la
forma de hacer las cosas, pensar en cómo deshacerse de este yugo, es cuestión
de decidirse y comenzar, así como el violinista de la obra solo necesito valor
y un mucho de hartazgo, se decidió a cambiar las cosas.
El mayor temor de Manuel Belauzarán era , sabedor
de la fuerza de las fuerzas vivas, que se originara una Revolución , por eso es
que cuándo invita a Cussirat el piloto a crear una fuerza aérea Arepana, pide
que viaje a Europa con gastos a cuenta del gobierno que él encabeza y se
consiga 6 aviones y algunos pilotos , para las naves, ya que de ninguna manera
permitirá que en caso de revuelta se le echen en contra, así el pensar del personaje,
muy parecido al del actual gobernante mexicano, el cuál prepara la
suprema corte, la procuraduría general de la Republica, el senado y la cámara de
diputados para dar el golpe final fantástico y solo observable en novelas y
cuentos , hacer la ilusión posible de la reelección, que dicen algunos le costó
la vida a Álvaro Obregón, en los años veintes, así las cosas, les sugiero leer
la novela, sencilla y fácil, donde surgirá la risa espontanea, y habrá momentos
donde la realidad supera a la ficción, solo falto a Jorge Ibargüengoitia al
principio escribir, “cualquier parecido de la realidad con esta obra de ficción
, es solo una visión de lo que está por llegar”.