lunes, 7 de enero de 2013

El James Bond de Toluca Alberto Bazbaz

 
Cuando Felipe Calderón promulgó la Ley Antilavado de dinero se aseguró de dar suficiente tiempo para que este influyente sector de la economía nacional se organizara. Salió publicada en el Diario Oficial el dia 17 de octubre del año pasado pero “entrará en vigor –dice el decreto– a los nueve meses siguientes al día de su publicación”, es decir, el próximo mes de julio. Y su reglamento, todavía un mes después. Afecta a los circuitos donde las mafias suelen lavar sus capitales: bancos, casas de bolsa, casas de cambio, inmobiliarias, distribuidoras de automóviles, joyerías, notarías, etcétera. Ya se acerca julio, pero que no panda el cúnico. El nuevo PRI colocó al James Bond de Toluca, Alberto Bazbaz, como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. Esta entidad juega un papel central en el combate al lavado de dinero, que oscila entre 20 mil y 40 mil millones de dólares al año, según diversas fuentes de información de México y Estados Unidos.
 
¿Qué antecedentes tiene Bazbaz para que haya sido asignado a una tarea tan delicada? Era procurador de Justicia del estado de México –cuando Peña Nieto fue gobernador– y tuvo a su cargo la investigación del caso Paulette, la niña que primero fue reportada como desaparecida aunque días después apareció sin vida en su propia cama. Bazbaz la buscó por cielo, mar y tierra pero nunca vió que el cadáver jamás salió de la pequeña habitación. Tuvo que renunciar a su cargo, el ridículo fue mayúsculo. Sin embargo, una persona con tan mala vista pero con otras habilidades puede ser aprovechada. Asi que será el encargado de ver lo del lavado, secado y planchado de capitales del crimen. Dicen que ahora va a usar lentes de contacto, porque en ese sector lo que cuenta son los contactos.

El mito del subsidio

Deveras nos quiere chamaquear el subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher. Su jefe, Luis Videgaray, había anunciado dias antes que no habría aumento de impuestos. Sin embargo, el sábado Messmacher, como regalo de Día de Reyes, anunció a los consumidores que los combustibles a partir de ese día subirán de nueve a 11 centavos el litro cada mes. La Magna ahora cuesta $10,92, la Premium $11.48 y el diesel $11.28. El pretexto, la coartada, o como quieran llamarle, ya están muy gastados: el alza es para suavizar la diferencia de precios entre Estados Unidos y México. ¡Sólo que se les pasó verificarlos!
El precio promedio nacional en Estados Unidos es de 83 centavos de dólar el litro, es decir, $10.68 pesos (al tipo de cambio de $ 12.87 por dólar). Y, como les digo, la Magna después del aumento cuesta $ 10.92.
Eso, por un lado, por otro, es obvio que Pemex no compra en las gasolineras de la esquina, sino al mayoreo, a un precio todavía más bajo. Por añadidura, no toda se importa de Estados Unidos, sólo la mitad, la otra mitad la genera Pemex y se sabe que su costo de producción es muy bajo –lo guardan como secreto de Estado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario