viernes, 2 de diciembre de 2011

fuera dinosaurios de morena

CIUDAD DE MÉXICO, 2 de diciembre.- El ex secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz confirmó que sí hay una invitación para que sea postulado al Senado de la República por el Movimiento Renovación Nacional (Morena) y reveló que el virtual candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador fue quien lo convidó.

Bartlett Díaz, también ex gobernador de Puebla entre 1993 y 1999 y senador en la LX Legislatura que terminó en 2006, afirmó que él no va a renunciar al PRI para incorporarse al movimiento de López Obrador y participar en el "rescate" de México.

En entrevista con Excélsior, Manuel Bartlett, señalado por todos los partidos y organizaciones de izquierda de haber sido el operador de un fraude electoral en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, que llevó a la presidencia de México a Carlos Salinas de Gortari, en 1988, afirmó no teme que por esta decisión lo vayan a expulsar del PRI, al que pertenece desde joven.

Bartlett, secretario de Educación Pública los primeros cuatro años de la administración de Salinas de Gortari, recriminó que su partido se haya "derechizado" y que por eso "la cúpula del PRI no ha llevado al partido a cumplir con sus objetivos" y por tal motivo está considerando impulsar de otra manera las cosas.

"Y esta es la postura que sostenemos desde siempre, desde que era yo muy joven era una postura que corresponde a un partido de centro izquierda, y ahí es donde viene la invitación a participar con esa misma posición y principios."

El ex legislador, que desde hace más de una década ha sido un priista crítico, sostuvo que esa posición ha quedado marcada en últimos años. Claramente eso hicimos en el senado contra las cúpulas del PRI que desgraciadamente han tenido un control y han obligado a votaciones en la línea, contraria a lo que debería de ser un partido cuyos orígenes es la lucha social. Ese es el fondo de esta cuestión.

"Y vamos por lo mismo, un país que se está hundiendo, que ha perdido soberanía abiertamente por decisiones internas del propio Presidente de la República, no cuestionando por los otros partidos.

"Ahora mismo ocurre la cuestión desagradable, que ante una demanda en la Corte Internacional de La Haya, de 23 mil personas, que reclaman una guerra absurda, mal planteada, con resultados nefastos, y el presidente Calderón se permite amenazarlos, es una cuestión fascistoide, y ante esa cuestión el PRI lo apoya. Cómo se puede entender que el PRI se ponga del lado de esa posición autoritaria fascistoide; que el candidato (Enrique Peña Nieto) y su gente, que digan que está bien, que no es posible demandar al Presidente y se asocian en algo que esta reclamando la sociedad. Esta es una cuestión de fondo. México necesita un rescate, ¿quién lo va a hecer? Es ahí donde estamos comentando esta posibilidad de participar con el movimiento de López Obrador."

-Así es, y es una crítica de fondo, seria, que he hecho en la tribuna del Senado, en mis escritos, en mis libros, en la prensa y no han tenido resultado, porque se siguen imponiendo la línea de la cúpula priista; y hablo también de los últimos hechos: ir a anunciar la apertura del petróleo ya sin límite a los Estado Unidos, eso no está en los principios del PRI, pero además está en contra de la Constitución.
Un político marcado por el 88
En el amplio salón de la oficina del secretario de Gobernación, en Bucareli, Manuel Bartlett fuma un Gauloises sin filtro y conversa con un reportero deportivo que había conocido en los partidos de Copa Davis del equipo mexicano.
El entonces encargado de la política interior se aficionó al tenis e iba junto con el secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, y Emilio Gamboa Patrón, secretario particular del entonces presidente Miguel de la Madrid, al Deportivo Chapultepec a ver los juegos, donde su pequeño hijo Manuel era bolero.
“¿Cómo ve la prensa al secretario de Gobernación?” preguntó en tercera persona el funcionario al reportero.
Bartlett quería tener un pulso de cómo andaban los momios en la carrera sucesoria, y el reportero una entrevista con el secretario de Gobernación.
Bartlett fue uno de los otros cuatro distinguidos priistas que en 1987 perdió frente a Salinas de Gortari la candidatura presidencial. Fue Bartlett, como secretario de Gobernación, quien condujo en 1988 el proceso que desató la furia de la oposición y que denunció un fraude electoral en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, con quien 15 años después, el 7 de noviembre de 2003, se reunió para negociar y armar un frente común en contra de la reforma eléctrica del presidente Fox.
La reunión Bartlett-Cárdenas no fue el primer síntoia de rebeldía del entonces senador priista.
Ya desde 1999, siendo ex gobernador del estado de Puebla y apuntado para contender por la candidatura del PRI a la Presidencia, decidió ir en contra de la directriz del mandatario Ernesto Zedillo de postular a Francisco Labastida Ochoa.
Zedillo en 1992 sucedió a Bartlett como secretario de Educación Pública, mientras éste se fue a la gubernatura de Puebla.
Bartlett terminó su mandato estatal el 31 de enero de 1999, justo en la recta final por la sucesión de Zedillo. Como premio de consolación Labastida Ochoa, palomeó a Bartlett para ser postulado senador plurinominal, donde estuvo hasta 2006.
En los últimos 11 años, Manuel Bartlett, acusado de ser responsable de la muerte del periodista de Excélsior Manuel Buendía, cuando era secretario de Gobernación, ha mostrado una posición ideológica distinta a la que han seguido la mayoría de los políticos del Partido Revolucionario Institucional.
Inconforme por la forma en cómo Roberto Madrazo se hizo de la candidatura priista a la Presidencia de México en 2006, y ante las escasas posibilidades que vio en un eventual triunfo del ex gobernador tabasqueño, fue que el ex gobernador de Puebla se pronunció por utilizar el voto útil en favor de Andrés Manuel López Obrador y con ello evitar el triunfo del Partido Acción Nacional.
Al año siguiente, hizo mancuerna con el panista Javier Corral para oponerse a la Ley Federal de Radio y Televisión.
Entonces los liderazgos priistas pusieron su cabeza a disposición de la guillotina partidista, que no se ha atrevido a hacer nada en contra del operador político, quien hoy está a punto de dar el salto a una organización política idéntica a la que como secretario de Gobernación en 1988 impidió llegara a la Presidencia de México

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